Cuentan que hace más o menos unos cincuenta años un hombre a quien conocían como Don Julián Santana se separó de su esposa e hijo y se mudó a una isla en el lago Teshuilo en los canales de Xochimilco en México.
En este lugar el hombre decía que una niña se había ahogado y por ende él se dedicó a honrar su memoria. Otros decían que él imaginó todo.
Lo cierto es que don Julián se dedicó a transformar la isla en una suerte de país de nunca jamás, atiborrado de muñecas lo que resulta, para una gran mayoría, como un lugar lúgubre y espantoso.
En el 20011 encontraron el cuerpo sin vida de Don Julián, aparentemente, se ahogó en la zona donde había muerto la niña que lo motivó a recolectar muñecas de todas partes y colgarlas por todo el lugar.
Hoy en día es un lugar ideal para los amantes del Tanatoturismo. El lugar está ubicado a 17 millas al sur del centro de Ciudad de México. Es un viaje de unas cuatro horas ida y vuelta. Y durante el recorrido se pueden encontrar todo tipo de animales exóticos.