Petar Blagojevich vivió en Kisilova, Serbia, en tiempos de la guerra y conflicto. Era, según documentos, un campesino de la región quien, una vez muerto, regresó convertido en vampiro y en una semana asesinó a nueve personas.
Los pobladores exigieron a las autoridades a deterner al vampiro y a ver que no hacían nada, decidieron exhumar su cuerpo sin importar la ley que lo prohibia.
Según los relatos, el cuerpo tenía señales de vampirismo. Fue así como empalaron y quemaron al difunto y nadie levantó cargos en contra de quienes lo desenterraron.